sábado, 27 de febrero de 2010


Ella miraba el fuego mientras él hablaba, pero no a él, pues no se atrevía a encontrarse con su mirada. Él paseaba por la habitación. De pronto, le dijo que, para escucharle, debía separar las rodillas y abrir los brazos; y es que ella estaba sentada con las rodillas juntas y abrazándoselas. Entonces levantó el borde del camisón y se sentó sobre sus talones, como las carmelitas o las japonesas, y esperó. Entre los muslos sentía el agudo cosquilleo de la piel blanca que cubría el suelo. Él insistió: no había abierto las piernas lo suficiente. La palabra «abre» y la expresión «abre las piernas» adquirían en la boca de su amante tanta turbación y fuerza que ella las oía siempre con una especie de prosternación interior, de rendida sumisión, como si hubiera hablado un dios y no él.

(La historia de O -Pauline Reage)

Lo que queda por vivir

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Creíste que de esta no saldría,
que tendría que retroceder,
al fin perder mi chulería;
ese día no lo vas a ver.

No es que yo no sepa perder,
es que no sé ceder fácilmente,
lo que piense la gente,
¿para qué lo he de tener yo presente?

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Ahora mismo, lo único urgente,
es ir de frente con mi poca verdad.
Los demás tienen ya suficiente,
con su suerte, y con su libertad.

Si tuviera dos o tres más vidas,
haría lo mismo una y mil veces,
que con creces me dieron de más,
mucho más de lo que uno merece.

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Lo que queda por vivir,
no volveré a pedir permiso,
sólo tengo un compromiso
que te aviso desde aquí.

Enrique Bunbury

jueves, 25 de febrero de 2010

Tú que nunca serás...

Sábado fue y capricho el beso dado,
capricho de varón, audaz y fino,
mas fue dulce el capricho masculino
a este mi corazón, lobezno alado.

No es que crea, no creo; si inclinado
sobre mis manos te sentí divino
y me embriagué, comprendo que este vino
no es para mí, más juego y rueda el dado...

Yo soy esa mujer que vive alerta;
tú, el tremendo varón que se despierta
y es un torrente que se ensancha en río

y más se encrespa mientras corre y poda.
¡Ah, me resisto, mas me tienes toda,
tú, que nunca serás del todo mío!

Alfonsina Storni

martes, 16 de febrero de 2010

Más...


Los músculos de su cuerpo se tensan.
Contrae las piernas.
Arquea la espalda.
Cierra los ojos.
Se concentra en su voz... en lo que él le susurra al oído.
Lo demás no existe.
Está empapada en sudor. Las sábanas se mojan. Su piel resplandece.
Quiere gritar... abre la boca pero él se la tapa.
Presiona la mano fuertemente contra sus labios.
Su respiración se agita aún más.

El mundo se detiene.

Se tensa... se contrae... se arquea una vez más.
La atraviesa como un rayo, la recorre... la inunda.
Se estremece aún palpitante. Finalmente se relaja por completo.
Tiene las mejillas encendidas. Lo observa y le sonríe con cierta picardía. Él se mantiene en silencio.
Su mente vaga perdida en un laberinto de sensaciones.
Plena.
Su cuerpo adormilado necesita descansar... pero sólo un momento.

Nunca es suficiente...

lunes, 8 de febrero de 2010


Las mujeres tenemos una visión muy diferente a la de los hombres en cuestión de gustos, a ellos ver una mujer desnuda les puede resultar muy erótico... y a nosotras no nos pasa lo mismo con un hombre (será que a mí los strippers y los patovicas no me mueven un pelo).
Los hombres suelen ser más "directos" con lo que les atrae de una mujer (no hace falta andar especificando) ; en cambio, a las mujeres nos resulta más provocativo el "conjunto completo"... los pequeños detalles pueden resultarnos aún más eróticos que algo explícito ¿se entiende?
Las venas marcadas en un brazo, el perfume sobre su piel, un par de manos fuertes pero que se mueven grácilmente al hablar, la manera de acomodarse el cabello, una sonrisa cómplice, su voz al pronunciar nuestro nombre... etc., etc.
Por eso, las mujeres expresamos nuestro deseo por el otro de una forma más romanticona, melosa o "atolondrada"... es parte de nuestra naturaleza ser más "delicadas" mientras al hombre le toca ser más "salvaje". Que no nos expresemos de la misma manera no quiere decir que la otra persona nos gusta poco... o que no nos pongamos "animales" en el momento adecuado.
Dicen que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus... quizás tengan razón; y esa diferencia es lo que hace las relaciones tan deliciosamente interesantes =P

sábado, 6 de febrero de 2010


In a very unusual way,
One time I needed you,
In a very unusual way,
You were my friend.
Maybe it lasted a day,
Maybe it lasted an hour,
But somehow it will never end.

In a very unusual way,
I think I'm in love with you,
In a very unusual way,
I want to cry.
Something inside me goes weak,
Something inside me surrenders,
And you’re the reason why,
You’re the reason why.
You don’t know what you do to me.
You don’t have a clue.
You can’t tell what it’s like to be me
Looking at you.
It scares me so that I can hardly speak.

In a very unusual way,
I owe what I am to you.
Though at times
It appears I won’t stay,
I never go.
Special to me in my life,
Since the first day that I met you.
How could I ever forget you,
Once you had touched my soul.
In a very unusual way,
You’ve made me whole.

(Unusual Way - Nine)