martes, 11 de noviembre de 2008

Mariposas traicioneras


Todos hemos sentido alguna vez el estómago lleno de mariposas, ese "aleteo" constante que nos estremece ante una situación de nerviosismo o ansiedad. Esas suelen ser una mariposas bastante molestas, que para colmo, no podemos controlar. Pero están esas "otras"... las que valen la pena sentir, las que revolotean en presencia o a causa de otra persona. Ante un primer encuentro (o el número que sea =P), un recuerdo, una caricia... una fragancia.

Entregarse a esas mariposas está bien... siempre y cuando no se suban del estómago a la cabeza y nos impidan pensar, que es algo que suele suceder muy a menudo =P