martes, 29 de diciembre de 2009

The animal in me



El deseo arrebatador que sentían el uno por el otro les generaba hostilidad... más aún si estaban en un sitio donde no podían tener contacto físico. Y esa hostilidad acrecentaba aún más el deseo que los consumía.

Al quedarse solos, el simple roce de una caricia los hacía estremecer. La desesperación los invadía, no sabían por donde empezar.. besarse, abrazarse, morderse, apretarse... nada era suficiente para calmar el hambre de sus cuerpos.
Eran prisioneros del infierno que ellos mismos habían creado, si seguían de esa manera terminarían quemándose en el calor de sus brasas.

Pero ¿qué podían hacer? Dejarse llevar por completo y que su adicción los controle? O escaparse?

Sabían que lo más cómodo para ambos era alejarse de una buena vez, pero ninguno tenía la voluntad para hacerlo.

Porque cuando estaban juntos los pensamientos coherentes se desvanecían... y ellos se transformaban en dos animales salvajes que, enardecidos, sucumbían al extremo placer que mutuamente se brindaban...

lunes, 7 de diciembre de 2009


Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres
una mujer desesperada y perpleja
que siente que se está ahogando y otra que
salta a la acción, como si fuera un escenario,
disimulando sus verdaderas emociones porque ellas
son la debilidad, la impotencia, la desesperación
y presenta al mundo sólo una sonrisa,
ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés.

Anais Nin