sábado, 25 de octubre de 2008

Caminando ligero

Avanzar es bueno, al menos eso dicen. Qué pasa cuando se avanza tan rápidamente que los demás no pueden seguirnos el ritmo? Cuando nos detenemos por un segundo nos damos cuenta de que poca gente se ha quedado a nuestro lado... la mayoría ha quedado atrás, en una vida que ya no es la nuestra. Y ya no es posible volver, porque tampoco se quiere hacerlo... pero de todos modos recordar nos llena de melancolía.

Es difícil aceptar que cosas o situaciones que antes eran muy importantes para uno ahora no lo son tanto. Se quedaron lejos... junto a las personas que las provocaban.

Entonces ¿por qué avanzar y arriesgarnos a perder lo que "tenemos"? Fácil, porque si nos quedamos quietos son los demás los que avanzan y te dejan atrás... solo. En cambio, si es uno el que lo hace... en el camino encontrará personas nuevas, metas nuevas... y entre la nostalgia que la pérdida "de lo viejo" pueda provocar, también habrá una renovada felicidad.


Hoy hice una pausa en la caminata y miré a mi alrededor... aún me queda bastante por andar.

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