martes, 16 de febrero de 2010

Más...


Los músculos de su cuerpo se tensan.
Contrae las piernas.
Arquea la espalda.
Cierra los ojos.
Se concentra en su voz... en lo que él le susurra al oído.
Lo demás no existe.
Está empapada en sudor. Las sábanas se mojan. Su piel resplandece.
Quiere gritar... abre la boca pero él se la tapa.
Presiona la mano fuertemente contra sus labios.
Su respiración se agita aún más.

El mundo se detiene.

Se tensa... se contrae... se arquea una vez más.
La atraviesa como un rayo, la recorre... la inunda.
Se estremece aún palpitante. Finalmente se relaja por completo.
Tiene las mejillas encendidas. Lo observa y le sonríe con cierta picardía. Él se mantiene en silencio.
Su mente vaga perdida en un laberinto de sensaciones.
Plena.
Su cuerpo adormilado necesita descansar... pero sólo un momento.

Nunca es suficiente...

3 comentarios: